¿Por qué el sol no es un buen aliado del acné?

Tomar el sol con moderación es bueno para el cuerpo y para la mente. Es una fuente esencial para muchos de los procesos vitales de nuestro cuerpo, incluso para nuestro estado de ánimo.

Incluso las pieles con algún tipo de patología como el acné asocian el sol con beneficios en el aspecto e intensidad de las imperfecciones de su piel.

Pero no es ninguna panacea pues solo es un efecto temporal que enmascara el problema y habitualmente las lesiones vuelven a empeorar una vez pasado el verano generando un efecto rebote del sol.

El sol ejerce una función inmunosupresora, antiinflamatoria y bactericida sobre las bacterias que contribuyen negativamente en el desarrollo del acné, y en cierto modo produce una deshidratación local que puede ayudar a la regulación del sebo cutáneo.

Sin embargo, esta mejoría, acrecentada por el poder que tiene el bronceado, pues disimula y mejora el aspecto de las imperfecciones, no es real.

¿Por qué decimos que el sol no es un antiacné recomendable?

  • El sol provoca la deshidratación de la piel e incluso la piel grasa necesita hidratación. Cuando la exposición al sol seca la piel, las glándulas sebáceas (que producen el sebo, aportando a la piel los aceites que necesita) se entregan a una producción excesiva para compensar las carencias de hidratación y este exceso de sebo producido, es un caldo de cultivo para la formación de imperfecciones. 
  • Otro resultado de la desecación de la piel es que se queratiniza o cornifica. Es decir, se endurecen las células de la superficie dérmica. Esto interfiere en el proceso natural, por el cual se desprenden las células muertas de la piel, e impide que se pueda eliminar el sebo a través de los poros. El resultado es la formación de comedones.  
  • La producción de sudor aumenta en la exposición al sol, al igual que la velocidad a la que se degrada la superficie de la piel. Esto crea un entorno donde puede prosperar y propagar la bacteria que está asociada al acné.  
  • La exposición excesiva al sol o una protección solar inadecuada son factores que pueden causar también problemas de pigmentación. Las personas que presentan imperfecciones por el acné o bien cicatrices del acné son más propensas a la hiperpigmentación marcando aún más las tan temidas marcas del granito.

¿Qué hacer para que en septiembre no vuelva tu peor pesadilla?

 

Estos aliados van a conseguir:

  • Una rutina de hidratación excepcional, incluso con un carácter acumulativo para que se refuerce incluso frente a aquellas situaciones que supongan una mayor agresión. Con una textura fluida de rápida absorción sin aporte alguno de grasa. Ideal para la época de más calor cuando no todos los productos cumplen los requisitos de confort porque saturan la piel.
  • Potenciar la renovación celular para evitar el engrosamiento de piel causada por la descamación que produce la deshidratación, evitando así los odiados comedones e imperfecciones.
  • Regalar a la piel todos los beneficios de la NIACINAMIDA, un activo poderoso y multifunción que va a permitir mantener a raya cualquier problema de seboregulación e inflamación causantes del acné, al mismo tiempo que va a mantener el tono homogéneo evitando las hiperpigmentaciones.
  • Una protección antioxidante para reducir el estrés oxidativo generado por la radiación solar.
  • Equilibrar la microbiota de la piel para mantener a raya las bacterias que son el origen del acné, corrigiendo así el problema de raíz a pesar de las falsas esperanzas que nos ofrece la mejora de aspecto de los granitos por el sol.
  • Mejorar el aspecto de la piel sin marquitas residuales, ni cicatrices como resultado del granito. Una textura suave y aterciopelada que además evita que estas señales se transformen en temidas manchas con el sol.

Una manera fácil, gustosa e infalible para lucir tu mejor piel a pesar del acné y sin falsas expectativas a la vuelta del verano

 

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